Pese a que en los últimos tres años alrededor de 3 mil personas han ingresado a cárceles del Estado de México por su presunta responsabilidad en la comisión de alguna conducta ilícita, el índice delictivo no registra disminución alguna y, por el contrario mes con mes la apertura de carpetas de investigación ante agencias del ministerio público de la Fiscalía General de Justicia estatal reporta incrementos sustanciales.
Actualmente el sistema penitenciario estatal alberga a 29 mil internos de los cuales la mayoría enfrenta procesos por el delito de robo en todas sus modalidades. Ilícito que policía municipal, estatal y federal ha intentado atajar, pero no lo han conseguido.
El crecimiento de la población penitenciaria en el Estado de México durante la presente década ha sido extraordinario.
Para 2010 el Sistema Penitenciario mexiquense cerró con 18 mil 258 internos; en 2011 con 18 mil 63 y el último día de diciembre de 2012, las personas privadas de su libertad en penales administrados por el gobierno estatal fueron de 17 mil 493.
A mediados de 2013 los privados de su libertad por cometer o estar sometidos a un proceso jurídico vinculado a la comisión de un acto delictivo ascendió a 18 mil 328 personas.
Un año después, mayo de 2014, la cifra llegó a 21 mil 693, lo que significó un crecimiento de 18.3 por ciento en tan sólo 12 meses.
En ese momento la población varonil representaba alrededor del 95 por ciento, ya que 20 mil 608 eran hombres y mil 85 mujeres.
El crecimiento de la población penitenciaria tiene un comportamiento al alza de forma paralela al endurecimiento del Código Penal estatal.
Dicha política pública fue impulsada por los ex gobernadores Enrique Peña Nieto (2005-2011), Eruviel Ávila Villegas (2011-2017) y el actual Alfredo Del Mazo Maza (y avalada por diputados locales) con la idea-teoría de que de las conductas delictivas disminuirían, objetivo que hasta el momento no se ha alcanzado.
Entre las modificaciones a artículos del Código Penal destacan los relacionados con el delito robo con violencia, pues para los probables responsables de dicha conducta delictiva se eliminó la posibilidad de que obtuvieran algún tipo de beneficio como preliberación, entre otros.
Para 2014 la población penitenciaria en el Estado de México llegó a los 24 mil 715 internos; crecimiento que para el entonces titular de la policía estatal, Damián Canales Mena, tenía su explicación no sólo en el endurecimiento del Código Penal sino también en la eficacia de sus compañeros policías.
“La consecuencia (de una policía eficaz) inevitable es precisamente una sobrepoblación en los Centros de Readaptación Social”, dijo en su momento.
De acuerdo a los reportes oficiales, en ese año la evolución de la población penitenciaria fue la siguiente: Enero 19 mil 711; febrero 20 mil 117; marzo 20 mil 678; abril 21 mil 021; mayo 21 mil 599; junio 22 mil 129; julio 22 mil 601; agosto 23 mil 199; septiembre 23 mil 543; octubre 23 mil 995; noviembre 24 mil 202 y diciembre 24 mil 715.
Los reportes oficiales indican que a finales de 2015 el número de internos en las cárceles estatales fue de 26 mil 856.
La cifra más reciente fue precisada por la titular de la policía estatal y centros penitenciarios, Maribel Cervantes Guerrero, al indicar:
“Este es el momento en que todos podemos hacer historia, tenemos una muy grande responsabilidad, para que los más de 29 mil privados de la libertad, tengan un espacio más digno, los invitamos a que se sumen, porque la reinserción social, es una tarea de todos”, dijo durante su visita al penal estatal de Almoloya de Juárez donde explicó a diputadas federales de MORENA como funciona el modelo de reinserción social que permite a los internos realizar una actividad económica remunerada.
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