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La historia que forma ciudadanos

Este artículo es parte de la obra que realizó la autora y que se titula: “Enrique Florescano Mayet. Renovador de la producción y la divulgación de la historia escolar para la formación de la ciudadanía (1973- )”, que tiene el propósito de invitar al lector a debatir sobre la función social y el sentido de la enseñanza de la historia en la sociedad contemporánea.

Me satisface profundamente la oportunidad de expresar públicamente mi agradecimiento por permitirme formar parte de esta obra, cuya lectura retrospectiva me ayudó a comprender y revalorar mi labor docente, mediante el acercamiento no exclusivamente a la obra de historiadores y pedagogos de los siglos XIX y XX, sino también a su vida y al contexto de producción de los libros escolares.

Reconocer a estos autores mediante la escritura de hombres y mujeres que compartimos el gusto por la docencia, en diferentes niveles y ámbitos académicos, reafirma mi esperanza para hallar el punto de encuentro entre la disciplina histórica y su enseñanza al interior de las aulas de nivel básico, al tiempo de contribuir de manera eficiente con la educación del mexicano como dice el título de esta obra.

A mí toco estudiar la vida de Enrique Florescano Mayet a través de su obra y la producción de libros escolares.

Desde mi perspectiva Enrique Florescano es uno de los intelectuales contemporáneos más interesados en la enseñanza de la historia de México, puesto que considera a la disciplina histórica como medio idóneo para la formación de ciudadanos pertenecientes a una sociedad democrática; es mediante la elaboración de libros de texto para la educación básica que este historiador mexicano hace evidente su convicción respecto a la función social que cumple esta ciencia.

El propósito de este capítulo es develar cuáles son los elementos que caracterizan la producción de libros de texto escritos por Florescano, explicar los medios utilizados por el autor para hacer compresible el saber histórico a la población susceptible de ser educada escolarmente y observar cómo, de esta manera, se muestra a la historia como herramienta fundamental en la formación de una nación democrática.

En estos términos, se señala el contexto de formación profesional del historiador, así como los espacios de producción en los que se ha visto inmersa su extensa obra editorial de corte educativo, posteriormente, se concreta el análisis del uso de las fuentes, los materiales y el lenguaje empleado, a partir de los cuáles se dota de un sello particular la labor historiográfica de divulgación escolar.

De su vida y formación destaca que su padre fue un profesor normalista formado en la escuela cardenista, comprometido con la idea de servir a la sociedad.

Durante su estancia simultánea en la Facultad de Derecho de la Universidad Veracruzana, y la Escuela de Historia de la Facultad de Filosofía y Letras de la misma Universidad  sobresale la influencia y admiración por sus profesores de historia.

El historiador mexicano recuerda:

Tuve en Jalapa y en el Colegio de México maestros no sólo comprometidos con su cátedra, que además de enseñar bien, con orientar a sus alumnos, formadores de generaciones, sino que tenían una visión social de su país, que trabajaban por construir un México nuevo en las instituciones científicas y académicas, […] eran políticos, creadores de las grandes instituciones culturales que hoy siguen siendo el alma de este país […] que además de ser médicos, biólogos, sociólogos historiadores tenían una vocación de servicio para su país a ellos debo yo esa vocación de servicio (Fernández y Galguera, 2010).

A los 28 años obtuvo una beca del Colegio de México y otra del Banco de México para hacer estudios de doctorado en la Universidad de París.

De esta experiencia, el doctor destaca lo afortunado que fue al estudiar el posgrado cuando la escuela francesa de los annales era dirigida por Fernad Braudel y un grupo importante de historiadores interesados en la renovación de toda la historiografía mundial, pues como el mismo advierte “en este momento ocurrió la confluencia de la historia con la antropología, la psicología, la economía, la sociología, la ciencia política, o sea la historiografía se volvió una disciplina completa, aventurera, conquistadora” relata el doctor Florescano emocionado en una entrevista que se puede observar en YOU TUBE.

Florescano dirigió, entre 1971 y 1973, la revista Historia Mexicana de El Colegio de México; de 1971 a 1976 ocupó la jefatura del Departamento de Investigaciones Históricas del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH).

En ese mismo lapso coordinó la serie de historia de la colección SepSetentas que editó la Secretaría de Educación Pública (Florescano, 2010), desde donde impulsó la renovación de los temas históricos y fomentó la formación de generaciones practicantes de las nuevas temáticas, fuentes y metodologías de la disciplina histórica. (Reynoso, 2006). Como coordinador de la colección citada y aprovechando el contexto político, social y económico del sexenio echeverrista, Enrique Florescano propuso y gestionó la publicación de la colección más numerosa de su amplia obra editorial: 89 libros en seis años. En dichos textos se puede apreciar la preferencia del autor por temas de historia económica, social y cultural e incluso de carácter historiográfico.

En 1978 Florescano fundó la revista Nexos, que dirigió hasta 1982, cuando fue nombrado director general del Instituto Nacional de Antropología e Historia, cargo que ocupó hasta 1988. A partir de ese momento dirige la Coordinación Nacional de Proyectos Históricos, dependencia del Consejo Nacional para la Cultura y las Artes (Florescano, 2010).

Parte de su trabajo en Conaculta fue dirigir la colección Biblioteca Mexicana, coeditada con el Fondo de Cultura Económica (FCE), la cual tenía el propósito, afirma Florescano, de hacer libros para la formación de las nuevas generaciones mediante la divulgación de una imagen del México contemporáneo en todos los aspectos: social, económico, político, educativo, demográfico, de salud: “Hacemos volúmenes que pueden servir a profesores y estudiantes. Es una tarea que me satisface mucho intelectualmente” (Fernández y Galguera, 2010).

Reconocer la necesidad de realizar estudios de carácter interdisciplinario en el desarrollo de estudios históricos llevó al autor a editar, entre 2010 y 2011, libros como La biodiversidad de México. Inventarios, usos, manejos e importancia económica y cultural, coordinado por Víctor Manuel Toledo; Atlas del patrimonio natural, histórico y cultural de Veracruz, coordinado por el mismo Florescano y Juan Ortiz; El Atlas de las costas de Veracruz; y La formación geográfica de México, coordinado por Carlos Herrejón Peredo; ya en 1983 había coordinado la elaboración de un Atlas histórico de México coeditado por la SEP y Siglo XXI; en 1987 la SEP, el INAH y Editorial Planeta coeditaron el Atlas cultural de México; en 2008, en coautoría con Francisco Eissa, elaboró una vez más, el Atlas histórico de México.

Del análisis de este atlas se desprenden dos elementos más del sello del escritor:

1) la exposición del espacio a través de los mapas para mostrar territorialmente los acontecimientos y los procesos históricos.

2) el uso de la imagen como medio de instrucción, pues Florescano afirma que las generaciones actuales están educadas en la imagen (Bartlett, 2010), el historiador es consciente de la importancia del empleo y enseñanza del lenguaje de ésta en la formación de las últimas generaciones en todos los niveles de instrucción.

Enrique Florescano (2000) precisa que la historia no busca homogeneizar a la sociedad al dictar un único punto de vista sobre el pasado (casi siempre de los vencedores), no es juez de acontecimientos del pasado evaluados con visiones y valores actuales y por tanto fuera del contexto espacio-tiempo de los acontecimientos, no es maestra de la vida, sino la vida del hombre en el tiempo, su objetivo no es el conocimiento o repetición memorística de fechas o hechos, sino el estudio dialógico del uso que el hombre hace del espacio-tiempo, de acontecimientos generadores de permanencias y cambios, de causalidades y efectos complementarios multidireccionales.

En su más reciente libro La función social de la historia, el autor agrega que si la historia y las humanidades no sirven para hacer negocios, tienen una función social más importante, son indispensables “para formar un mundo en el que valga la pena vivir, con personas capaces de ver a los otros seres humanos como entidades en sí mismas, merecedoras de respeto y empatía que tienen sus propios pensamientos y sentimientos y también con naciones capaces de superar el miedo y la desconfianza en pro de un debate signado por la razón y la compasión (Florescano, 2012a: 360-361).

Sin embargo, para que la función de la historia pueda concretarse tal como la plantea Florescano se hacen dos señalamientos:

a) Es necesario que los historiadores cambien sus relatos y el modo de transmitirlos

b) La historia debe formar parte de todos los programas de educación escolarizada como una disciplina elemental (Florescano, 2012a: 361-368).

Enrique Florescano advierte los cambios que ha sufrido la producción y divulgación de la historia en los últimos 40 años, entre los que destaca la inclusión de temas como el de los grupos marginados; asimismo, se refiere a las formas de contar la historia entre las que destaca la narración y el uso de la imagen.

En consecuencia, uno de los grandes retos de la historia en el mundo globalizado es cambiar su forma de comunicación en relación con el sistema educativo (Florescano, 2012). Es precisamente en este aspecto, en el que, el historiador hace evidente su compromiso social, pues no solamente ha realizado actividades docentes y de difusión de la historia durante toda su vida profesional, sino que además, ha dedicado parte de su trabajo a la elaboración libros de texto para la educación básica en México.

Tanto en su obra como en sus presentaciones públicas, sobre todo de carácter educativo, Enrique Florescano manifiesta su constante preocupación por el retraso e irregularidad en la actualización de los conocimientos en los libros de texto, considera que la pobreza de conocimientos históricos que recibe la mayoría de la población del país es una de las causas de los bajos niveles en la enseñanza y de la deficiente formación de los estudiantes (Ibídem, 32), por ello advierte la necesidad de apresurar los procesos de reforma, actualización y revisión permanente de los libros de texto. Acorde con su compromiso social de divulgador de la historia, Florescano autorizó en el 2010 la traducción didáctica de Arma la historia; libro coordinado por él mismo, el cual es una recopilación histórica de México desde el periodo independentista hasta un análisis histórico del siglo XX.

Siendo un historiador consciente de la sociedad y su tiempo, los elementos que caractericen su sello particular sean la interdisciplinariedad, la imagen, el espacio geográfico e histórico y, por supuesto, la claridad en el uso del lenguaje. Florescano trabaja siempre en constante renovación, indagando, a través del estudio de la historia, las múltiples posibilidades del ser humano.

Se trata de un profesional hábil e inteligente que ha sabido aprovechar el contexto social, político, económico e histórico de cada etapa de su carrera como historiador para lograr cumplir lo que él considera su compromiso social: enseñar a conocer México y formar a sus ciudadanos mediante el compresión, interpretación y aprehensión de su pasado, pues Enrique Florescano sabe que las circunstancias no son opcionales; sin embargo, a través del conocimiento del presente se puede elegir la manera de enfrentarlas y transfórmalas en favor de una vida cada vez más humana.

 

 

Referencias bibliográficas:

Florescano, Enrique (1992), “Libros de texto. El historiador y la crítica”, Revista Nexos, vol. XV, núm. 178, México, octubre,pp.27-32.

___________ (2000), Para qué estudiar y enseñar la historia, México, Instituto de Estudios Educativos y Sindicales de América.

Florescano, Enrique y Francisco Eissa (2008), Atlas histórico de México, México, Aguilar, Santillana Ediciones Generales.

Florescano, Enrique (coord.) (2009), Arma la historia. La nación mexicana a través de dos siglos, México, Grijalbo.

Florescano, Enrique (2012a), La función social de la historia, México, Fondo de Cultura Económica.

Fernández Collado, Carlos y Laura Galguera García (2010), Entrevista de Asociación Iberoamericana de Comunicaciones y la Universidad de Oviedo,España, ASICOM y Universidad de Oviedo, Consultado el 29 de diciembre de 2012.

Reynoso Jaime, Jenaro (2006), Enrique Florescano Mayet: el nombre y su condición histórica, Consultado el 11 de junio de 2012.

 

 

Foto tomada de michoacantrespuntocero.com.

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