TOLUCA, Edoméx., 31 de marzo de 2017.- La Justicia Restaurativa apuesta a cambiar la forma de ver los conflictos, para resolverlos de una manera distinta a como usualmente se solucionan, afirmó la mediadora Diana Yazmín Cuevas Cuevas, al presentar la conferencia “Justicia Restaurativa en Materia Familiar”.
Acompañada por el magistrado Raúl Aarón Romero Ortega y de la directora general de la Administración de los Juzgados de lo Familiar, Ericka Domínguez Preisser, la colaboradora judicial explicó que para que este mecanismo alternativo de solución de conflictos tenga mayor impacto en la sociedad, los ciudadanos requieren cambiar también la forma en que los ven y los asumen.
En el Palacio de Justicia de Tlalnepantla y ante abogados, mediadores municipales, alumnos de la Licenciatura en Derecho y público en general, Cuevas Cuevas expuso que la Justicia Restaurativa, más que un método es una filosofía regida por diversos principios que buscan la reintegración familiar.
Comentó que fue en los años 70 cuando se comenzó a utilizar el término Justicia Restaurativa, pero es hasta la siguiente década que en Nueva Zelanda se aplica el primer programa, el cual estuvo orientado a la atención de adolescentes.
Una de las características que identifican a este mecanismo alterno de impartición de justicia es que todos los miembros de la familia o una comunidad intervienen, siempre con la asesoría de un facilitador –imparcial y neutral- cuya formación no necesariamente es el derecho, pero si conoce acerca del manejo de emociones.
La mediadora detalló que la Justicia Restaurativa se aplica en dos modelos: los Círculos de Paz y las Conferencias Familiares; el primero de ellos, aplicado por el Poder Judicial puede incluir a la comunidad para solucionar las diferencias y requiere de un facilitador, denominado “guardián del círculo”; en el segundo de ellos interviene no sólo la familia de la víctima, sino también del ofensor en el que a través de un diálogo se llega a una restauración.
La experta en Justicia Restaurativa, quien es catedrática de la Escuela Judicial del Estado de México y de la Facultad de Estudios Superiores Acatlán de la Universidad Nacional Autónoma de México, dijo que al no intervenir directamente una autoridad judicial, las partes en conflicto se sienten en libertad para expresar sus emociones, por lo que es más efectivo.
Concluyó que los abogados están obligados a formar parte de estas maneras alternas de abordar los conflictos, pues en la medida en que haya más facilitadores, habrá menos necesidad de recurrir a los jueces.