Por un lado podemos obtener datos de manera instantánea de prácticamente cualquier tema, pero nos cuesta mucho tiempo y esfuerzo contar con la información básica de nuestra organización.
¿Por qué el milagro de la “era de la información” pareciera desaparecer hacia adentro de nuestra organización?
Pareciera que en nuestros días, contar con información ya no es un problema, todo el mundo comenta: “vivimos en la era de la información” y podríamos decir que esto es parcialmente cierto.
Es evidente que con la ayuda de buscadores electrónicos como Google o Bing, basta solo con hacer la consulta de algún tema para que inmediatamente aparezcan decenas, cientos o miles de páginas con la información que buscamos.
Y esto aplica desde las cosas más triviales como la edad de una artista o el equipo en el que juega algún deportista, hasta datos muy complejos como los referentes a los últimos descubrimientos médicos para el tratamiento de alguna enfermedad, es más, si cualquiera de nosotros teclea su nombre o el nombre de su compañía es muy probable que encuentre una buena cantidad de información, entonces podríamos decir: ¡es cierto, toda la información está en la red!
No obstante, cuando miramos al interior de nuestras organizaciones y queremos consultar temas esenciales, tales como el avance de lo presupuestado contra el gasto real o las existencias exactas en los almacenes, la proyección de ingresos o del flujo de efectivo para los siguientes meses, el cumplimiento de las metas de nuestros programas, los procedimientos de fabricación o contenidos, similares relacionados con los signos vitales de cualquier empresa, entonces pareciera que ese milagro de la inmediatez que obtenemos en los buscadores de internet, misteriosamente desapareciera.
Esto es lo que conocemos como “la paradoja de la era de la información”, por un lado podemos obtener datos de manera instantánea de prácticamente cualquier tema, pero con mucho trabajo nos es posible contar con la información valiosa de nuestra organización.
Este fenómeno se genera debido a que el primer requisito para contar con información inmediata es que ésta se encuentre digitalizada (el papel ya no sirve), entonces debemos preguntarnos: si contamos con una herramienta que integre datos de todas las áreas de la organización tipo ERP/GRP, disponemos de una herramienta que automatice los procesos y que tenga almacenados los documentos o la información de manera digital como un CRM, o tenemos una red social empresarial tipo Yammer (similar al Facebook pero privada) donde estén guardas comunicaciones, audios, videos e información de las diferentes interacciones formales e informales de los miembros de la organización, si la respuesta es no, entonces ahí encontramos el motivo del por qué el milagro de “la era de información” desaparece hacia dentro de nuestras empresas.
Josep Lluís Cano en su libro: Business Intelligence: Competir con información, menciona que “las empresas tardan alrededor de un 80% preparando información y 20% analizándola”, ocasionando la demora en las respuestas oportunas ante diversas situaciones, desde visualizar la entrada a nuevos mercados, análisis de perfiles de clientes, el control financiero, entre otros, esto porque al invertir tanto tiempo en recopilarla no hay la posibilidad de compararla o analizarla.
Por otro lado, International Data Corporation (IDC), informó en el 2015, que solo un 50% de las organizaciones en México apuesta sus inversiones en TICs hacia mejoras en la productividad y los procesos de negocio, utilizándola como un arma estratégica.
La forma de combatir esta paradoja es realizar inversiones consistentes e inteligentes en Tecnología de Información. Contar con información confiable y oportuna de nuestra organización y en conjunto con la disponible externamente, se convierte en una poderosa arma estratégica.
Por otro lado, el estar en la era de la información sin contar con las herramientas tecnológicas básicas, abre vertiginosamente una brecha que muy difícilmente puede abatirse.