No es común que los mexicanos estemos de acuerdo en algo, pero no podemos discutir el hecho que sin una reforma en este sector el actual sistema educativo sólo continuará en deterioro.
La educación es el eje central del futuro de un país: una masa de ciudadanos sumida en la ignorancia sólo perpetuará el ambiente de inseguridad, incrementará la ya rampante corrupción y desigualdad prevalente.
¿México? Actualmente, menos del 40 por ciento de los adultos entre 25 y 64 años de edad se han graduado de preparatoria, porcentaje que coloca a México muy por debajo del promedio de la OCDE (Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico). El conocimiento de los alumnos en áreas como ciencias y matemáticas son deplorables, y cada día continúan proliferando universidades y escuelas patito.
¿Qué pasa con le educación en México?
1) El dinero no es el principal problema. Contrario a lo que se piensa México destina 5.3 por ciento de su Producto Interno Bruto a educación, esta cifra es mayor a lo que se destina en Canadá y Australia; la diferencia radica en que mientras estos países invierten efectivamente en la calidad y profesionalización de sus profesores y la mejora de infraestructura educativa, en el presupuesto educativo mexicano escasa parte se destina a las escuelas y a la formación docente.
2) No existen planes a largo plazo educativos. Como el resto de las áreas, las políticas del sector educativo son creadas con un tiempo de vida sexenal, sin la opción de reelección, los presidentes no tienen razón alguna para invertir en un proyecto que no tenga resultados tangibles durante su periodo. Asímismo, durante años los presidentes confiaron en el voto seguro que el SNTE y su lideresa Elba Esther Gordillo les aseguraba, lo que tuvo como resultado la creación de un sistema corrupto y nefasto del sindicato educativo.
3) La memoria antes que el pensamiento. Nuestro sistema educativo se basa en aprender datos y más datos en la memoria no en el pensamiento crítico. México no está creando líderes, pensadores ni críticos, la educación en México está creando seguidores y trabajadores sumisos.
4) Beneficio a partidos políticos. Bajos niveles de educación sirven a los intereses de los partidos políticos. Es mucho más fácil ganar votos de una población sumisa e ignorante que de una altamente crítica, racional y educada.
5) Economía para mano de obra. Mientras nuestro proyecto económico siga apuntando hacia la mano de obra barata como la fuente de ventaja competitiva del país, no hay incentivos para migrar a una economía del conocimiento.
Los resultados del último Examen Nacional del Conocimiento y Habilidades de la Enseñanza del 22 de julio del 2014 emitidos por la SEP no pintan un panorama agradable para el futuro educativo del país.
El examen no es lo suficientemente exigente y demanda un mísero 30 por ciento para aprobarlo. Y hay algo categóricamente equivocado en el sistema educativo mexicano cuando de 134 mil 704 personas que presentaron este examen el 70 por ciento no alcanza a contestar la mitad del examen correctamente y sólo 309 (0.2 por ciento) lograron una calificación perfecta.
Este resultado es únicamente de aquellos aspirantes a docentes y si el examen se aplicara en instituciones de nivel medio superior y superior se duda mucho que el resultado sea mejor. El resto de la planta docente del país, desde el nivel básico hasta el superior presenta grandes deficiencias en cuanto a preparación académica, conocimientos de la materia, ética profesional y presenta una alta falta de compromiso laboral, pasión por la enseñanza y dedicación por la formación de estudiantes de calidad. Si los profesores no son capaces de pasar por un simple examen de conocimientos, no se necesita ser un genio para saber qué es lo que está pasando con los estudiantes.
Elección tras elección, México ha escuchado la misma historia que la educación es un aspecto crucial y que se necesita transformar al sistema a su alrededor; la incipiente Reforma Educativa de Enrique Peña Nieto está tratando de iniciar un cambio que si progresa transformará sólo un poco al pretender quitar el poder al sindicato y pasarlo a los poderes federales.
Las actuales modificaciones a la ley socavan de manera importante el poder de los sindicatos y los profesores de los estados de Oaxaca, Guerrero y Michoacán continúan en huelga contra ella. Estos docentes alegan que la reforma es discriminatoria para aquellos que hacen su trabajo en zonas pobres y rurales. La izquierda ha demostrado su apoyo en varias ocasiones a los huelguistas y este levantamiento se ha convertido en la primera resistencia en contra del paquete de reformas sociales y económicas del actual Presidente de México.
Una reforma educativa es necesaria… el problema radica en su ambigüedad.
Sindicatos y coordinadoras
No existe un sistema nacional que imponga estándares mínimos de calidad, la regulación propuesta no distingue claramente entre profesionalización y evaluación de la enseñanza y los gobiernos locales continúan siendo la autoridad encargada de interpretar e implementar las nuevas reglas por lo que se corre el riesgo de que la evaluación y otorgamiento de plazas docentes caiga en manos igual o más corruptas que las del SNTE.
La reforma del artículo 67 de la Ley General de Educación que permite la participación de asociaciones privadas abre la puerta también a esquemas de privatización que han arruinado en gran parte el sistema educativo norteamericano.
Sin embargo, no se puede posponer más. En Oaxaca, el 36 por ciento de los profesores han heredado su plaza de un familiar cercano y este escenario es el mismo para casi la mitad de los profesores que comienzan una carrera docente cada año.
En Guerrero, la práctica de herencia está institucionalizada por la CNTE y se ha creado una aristocracia docente en la que los trabajos estables pasan de generación en generación sin la oportunidad de una selección meritocrática. Aquellos que no quieran la plaza docente la pueden vender al mejor postor, creando así un mercado negro de posiciones en el sector educativo. El sindicato controla también el ascenso y el salario de los profesores. De esta forma, más que premiar la pasión por la enseñanza y la competencia docente, el sindicato otorga los ascensos, incrementos salariales y cambios geográficos de plazas sólo después de cumplir con ciertos requisitos: votar por cierto candidato, presentarse en huelgas y mítines, firmar peticiones, entre otros.
La CNTE se ha convertido en un jugador político de gran peso y sus actividades han dañado gravemente la educación en el sur del país. Un niño que haya nacido en el 2000 en Oaxaca ha perdido más de un año de su educación debido a constantes huelgas. El daño de estas movilizaciones no se limita al efecto en la educación infantil sino que ha llegado a afectar a la sociedad en su totalidad. Aquellas familias incapaces de pagar educación privada se ven cada vez más rezagadas. La CNTE en realidad está haciendo el trabajo de Peña Nieto: debido a constantes movilizaciones y afectaciones la mayoría de los ciudadanos están alienados contra los profesores. El 55 por ciento de los mexicanos piensa que una reforma educativa es ya una prioridad y el 59 por ciento de los capitalinos está a favor del uso de la fuerza para remover a los manifestantes.
Ahora, tampoco debemos creer que el gobierno peñista tenía como interés principal mejorar la educación. Peña Nieto entró a la presidencia con índices muy bajos de aceptación y con una diferencia mínima entre los demás candidatos presidenciales. La reforma educativa fue un movimiento político clave para mejorar su credibilidad al ser el primer gobierno que se atrevió a tocar a un sindicato tan poderoso con el SNTE al arrestar a su lideresa Elba Esther Gordillo.
¿Cuál es la solución?
Vale la pena identificar quién es la clave para solucionar el problema. Hay dos grupos en específico que deben trabajar juntos para presionar al gobierno a ofrecer programas de calidad: la sociedad civil debe tomar un rol más activo en el aseguramiento de una educación de calidad; el segundo grupo que debe ser más participativo es el sector privado, una mejora en la educación se traduce en futuros profesionistas mejor preparados y con menos necesidad de capacitación.
La verdad es que la intransigencia de la izquierda es una razón por la que las reformas neoliberales de Peña Nieto seguirán adelante. El Presidente de México utilizó la gran impopularidad de la CNTE para aprobar la revisión del artículo 67 que abre la puerta a la privatización y debido a las constantes afectaciones que la coordinadora inflige en la población ayudará a que el progreso de la reforma educativa continúe.
Los sindicatos de profesores deben trabajar para representar los intereses de los estudiantes y del profesorado y no los de un puñado de corruptos líderes sindicales, sólo mediante el diálogo constructivo podrán proponer una alternativa viable a la propuesta peñista. La reforma también debe incluir a las instituciones de nivel superior y comenzar un sistema profesional docente en todos los niveles en el cual las plazas sean publicitadas y se encuentren abiertas a la competencia leal y equitativa, sólo de esta manera México podrá aspirar a un sistema educativo de calidad.
Lisdey Espinoza Pedraza.
Licenciada en Relaciones Internacionales por la Universidad Iberoamericana y Maestra en Relaciones Internacionales y Orden Mundial por la Universidad de Leicester en el Reino Unido.
Se ha desempeñado como académica e investigadora en las áreas de ciencia política, relaciones internacionales, historia y lengua inglesa en varias instituciones de nivel superior en el Estado de México y actualmente se encuentra cursando un Doctorado en Filosofía, Ciencia Política y Relaciones Internacionales.
Foto tomada de Facebook.